LACROIX City

El lunes 8 de junio de 2020, CEREMA presentó sus conclusiones sobre la experimentación llevada a cabo con una lanzadera eléctrica autónoma en 2018 y 2019 en la ciudad de Nantes. El proyecto, promovido por Nantes City Lab, ha estado parcialmente financiado por la Comisión Europea en el marco del proyecto mySMARTLife. Conclusión sobre un experimento singular con muchas perspectivas de futuro.

El proceso de experimentación: dónde y cómo se han efectuado las pruebas con condiciones reales

En los últimos años, la presencia de lanzaderas autónomas —como las que se presentaron en primicia en la feria CES de Las Vegas— no ha dejado de crecer en ciudades como Toronto, Lyon o Singapur. En Nantes, el Nantes City Lab tomó la iniciativa en 2018 contando con la colaboración de un consorcio de empresas locales, entre las que se encuentra LACROIX City. Un año después de una primera fase de experimentación, la lanzadera autónoma volvió a adentrarse en las calles por la puerta grande, esta vez para coexistir con el tráfico. El programa prevé la incorporación continua de innovaciones y una encuesta a los usuarios para comprobar su acogida entre los ciudadanos.

 

Las infraestructuras conectadas: un reto que LACROIX City ha superado con creces

Todos los integrantes del proyecto desempeñan su función y aportan su experiencia: Por ejemplo, Nantes Métropole se ocupa de monitorizar el proyecto y de la gestión de los espacios públicos; EDF de la coordinación, el suministro de la lanzadera y la alimentación eléctrica; Semitan de la sección de transportes públicos; Grupo Charier de la carretera fotovoltaica (una innovación que permite compensar la energía consumida por la lanzadera a través de nuevas placas solares modulables e integradas en la red vial). Por su parte, LACROIX City se encargaba de la seguridad de la lanzadera en su entorno empleando la tecnología V2X que garantiza la comunicación entre la lanzadera y su infraestructura para que pueda adaptarse e interactuar con el entorno con total seguridad. Gracias a su experiencia, LACROIX City ha aportado soluciones tanto para la problemática de la señalización, los sensores y la gestión del tráfico como para la problemática del ecosistema asociado a los vehículos conectados.

Durante la primera fase de experimentación, el equipo se centró especialmente en la gestión del acceso, con la implantación de una barrera que se eleva automáticamente al paso de la lanzadera. En la segunda fase, todos los esfuerzos se centraron en dar solución a dos retos:

  • El dispositivo de detección automática de nuevos pasajeros gracias al conteo
  • Cruzar intersecciones de manera segura

Colaborar para moldear a la movilidad del futuro

Para superar estos retos, LACROIX City ha confiado principalmente en la experiencia de LACROIX Lab para las cuestiones relacionadas con la innovación; y en el conocimiento experto de LACROIX Electronics para los asuntos relacionados con el campo del IoT industrial, así como en su experiencia en los mercados del automóvil, el ferroviario y la aeronáutica.

En términos generales, se trata de un proyecto que ha contado con la participación de varias entidades. Como señalaba Francky Trichet —teniente de alcalde de Nantes Innovación/Digital— en 2018, la capacidad para colaborar que han demostrado los distintos participantes ha sido un factor decisivo para que el proyecto viera finalmente la luz. «La lanzadera autónoma de Nantes simboliza, sobre todo, la unión de varias entidades. La innovación abierta, en la que participan tanto la ciudad como grandes grupos y start-ups, resulta muy ventajosa, tanto para impulsar negocios, intercambiar conocimiento o fomentar la tecnología y el intercambio de experiencias, como para los propios ciudadanos. Todos los participantes han adoptado una mentalidad de trabajo colaborativo y, lógicamente, cuando se involucran varias entidades se llega antes y más lejos».

Resultados alentadores

El pasado 8 de junio, Cerema hizo pública la resolución de su evaluación. En resumidas cuentas:

  • La valoración en lo que respecta a la autonomía de conducción y la autonomía de percepción es positiva.
  • La valoración en cuanto a la autonomía energética y la aceptabilidad social es un poco más modesta.
  • Todavía deben pulirse algunos aspectos tecnológicos antes de planear una implementación a mayor escala o sin supervisores.
  • La experiencia ha resultado ampliamente instructiva para todos los colaboradores.

Este doble experimento ha resultado inspirador e innovador a varios niveles. Ha permitido a los usuarios descubrir en qué consistirá la movilidad inteligente del futuro e incitado una reflexión general acerca de nuestro comportamiento, que impulsará la concepción modalidades de desplazamiento más eficientes y responsables.